Aún estamos en tiempo de Adviento, de reflexión, Juan el Bautista nos enseñó el camino, seamos como ese profeta que siendo un hombre limpio de corazón se sentía indigno de desatar la sandalia de su Señor y predicaba en el desierto, allanando senderos de corazones estériles e infecundos en amor, porque no era un desierto de ARENA, ERA UN DESIERTO DE VALORES.
Sumemos a cada día un pensamiento diferente que nos acompañe para prepararnos con amor, fe y entrega a la obra de Dios, amarnos los unos a los otros, igual como el nos ama y por ese amor nos envía un Redentor, en esta fecha lo recordamos, aún cuando sea fecha humana, es una fecha especial donde moros y cristianos se reúnen en familia a compartir y regalarse amor , compañía y presencia.
Despierta. Mañana iniciamos el camino del Adviento ¿cómo te preparas para ello?
No te despistes, permanece atento a los mensajes de esperanza que Dios deja en tu vida
Escucha hoy a esa persona a la que no sueles prestar atención.
Da gracias a Dios por todas las personas que viven contigo la Fe
Comparte algo con los demás ¿Que puedes ofrecerles?
Dicho y hecho que hoy tus palabras y tus obras sean coherentes
Pide a Dios con confianza, presentándole lo que sientes roto en ti
Alégrate y contagia hoy esa alegría de haber sido bendecido con la fe.
Anuncia que el Señor esta cerca y contagia su espíritu de esperanza
Muévete, complícate para `ponerte en paz con quien lo necesites
Presta atención a los pequeños, a los olvidados en tu día a día.
Ora, comparte tus agobios y tu cansancio con Dios.
Observa las huellas del Reino de Dios a tu alrededor.
No juzgues, recibe con corazón Limpio cada signo de amor de los demás.
Construye hoy con gestos positivos para que el reino de Dios siga fraguándose
Disfruta de la alegría de dar, de perdonar, de escuchar, de conciliar, de esperar con esperanza.
Recuerda hoy tus raíces y da gracias por ello.
Póntelo difícil, los planes de Dios a veces no pueden entenderse por parámetros humanos.
Confía, Dios actúa constantemente en tu vida, aunque no lo entiendas siempre.
Ve a misa y celebra la alegría de maría al dejarse en manos de Dios.
Ponte en camino para acercarte a los que tienes lejos, ya sea dedicándoles unos minutos de tu tiempo, llamándolos por teléfono
Hazte consciente de la alianza de Dios contigo ¿cómo vives tu parte del trato?
Bendice al Señor en su día, detente en la oración a observar cómo ha cumplido sus promesas.
Prepara el corazón, el anuncio está hecho, canta y alaba al Hijo de Dios.
Alégrate y ama.. Contagia la Buena Noticia, deja que el amor de Dios llene tu corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario